

Planificar la jubilación a veces se siente como navegar un mapa lleno de términos técnicos, cálculos complejos y formularios interminables. Te enfocas en los números: el saldo de tu AFP, la pensión proyectada, las opciones de Renta Vitalicia o Retiro Programado. Y si bien todo eso es crucial, a menudo se nos olvida un factor igual de importante, pero mucho menos tangible: la salud mental.
La jubilación no es solo un hito financiero, es un cambio de vida profundo que puede impactar tu bienestar emocional y psicológico de maneras que quizás no esperas. En Chile, donde el sistema de pensiones puede ser una fuente de estrés, prepararte mentalmente para esta etapa es la clave para vivirla con tranquilidad y propósito.
Imagina tu vida laboral. Probablemente tienes una rutina, compañeros de trabajo, y un rol que te da un sentido de identidad y propósito. De un día para otro, todo eso desaparece. El reloj que te decía a qué hora despertar ya no existe, tu correo de trabajo deja de recibir mensajes y tu círculo social se reduce drásticamente.
Para muchos, esta transición puede ser difícil. Es como si el barco que has navegado por décadas de repente anclara en un puerto desconocido, y tú no sabes muy bien qué hacer. Esta «pérdida de identidad» puede llevar a sentimientos de vacío, soledad, e incluso a la depresión o la ansiedad.
La buena noticia es que, al igual que planificas tu pensión, puedes planificar tu bienestar mental. La clave está en no dejarlo para el final.
1. No solo planifiques el dinero, planifica tu vida Piensa en qué te gustaría hacer con ese tiempo extra. ¿Hay algún hobby que dejaste de lado? ¿Quieres aprender un nuevo idioma, pintar, o dedicarte a la jardinería? Tener actividades que te motiven y te den un propósito es fundamental para llenar el vacío que deja el trabajo.
2. Fortalece tu red de apoyo El trabajo es una fuente de socialización, pero al jubilarte, esa fuente se seca. Es vital que te re-conectes con tus amigos y familiares. También puedes buscar nuevos círculos sociales: unirte a un club de lectura, a un grupo de caminata o a clases de baile. La conexión humana es tu mejor defensa contra la soledad.
3. Mantén tu mente y cuerpo activos La inactividad, tanto física como mental, puede ser tu peor enemigo. Caminar, nadar o hacer ejercicio ligero te ayudará a mantenerte sano. Por otro lado, desafiar a tu cerebro con rompecabezas, lectura o incluso voluntariado te mantendrá alerta y con un propósito. Recuerda, una mente activa es una mente feliz.
Entender estos conceptos es un gran paso. Pero sabemos que el camino puede ser complejo. Las decisiones que tomes hoy—como la modalidad de pensión que elijas o cómo gestionas tu fondo—pueden afectar directamente tu tranquilidad financiera y, por ende, tu salud mental en el futuro.
Si sientes que el tema te abruma, o simplemente quieres tener la certeza de que estás tomando la mejor decisión para tu caso, no estás solo.
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